¡Hola! Me llamo Lara y soy científica, profe y formadora. 

Conecto ideas que a priori pueden parecer muy distantes y que van desde lo micro a lo macro. Por ejempo, soy capaz de conectar qué está pasando en una aldea perdida en O Courel o lo que se está moviendo por Twitch con las políticas sociales de la UE o el último informe de PISA. 

 

Quizá sea porque soy biológa Dice el imaginario colectivo que la carrera de biología es una de las más amplias que puedes estudiar: desde la estructura de una molécula, cómo se regula o pliega el ADN o cual es la estructura de una hoja de helecho, hasta  las relaciones entre las distintas especies de un ecosistema o cómo afectan los virus a los equilibrios ecológicos. 

 

Es decir, aprendemos a relacionar pequeños cambios microscópicos con grandes cambios ambientales y ecológicos. O en otras palabras: somos capaces de identificar cómo cambia la alimentación del escarabajo asiático, en la otra punta del mundo, cuando una mariposa bate sus alas en Nueva York. 

 

Así, esta habilidad difícilmente explicable en una única palabra, me ha ayudado a crecer  y a mantener en equilibrio mis dos yo’s, mi yo científico y mi yo socio-educativo. Me ha permitido mirar al mundo de una forma glocal: actuando de forma local (analizando con rigor las necesidades que se me plantean en el entorno en el que estoy trabajando y diseñando la mejor solución a este reto), teniendo siempre en cuenta lo global (analizando los últimos informes internacionales al respecto o entendiendo cómo dichas acciones pueden afectar en el medio plazo y en otros ecosistemas (comunidades).